
Ahora tengo yo el control. El volante se desliza suavemente entre mis manos, siento la velocidad al rozar el acelerador, el sol ilumina la carretera. Ha llegado mi momento.
Aún noto las tijeras cortando mi pelo húmedo, el sabor a chocolate en mis labios, el colorete de mis mejillas y el rímel en las pestañas. Mis tacones viajan de copiloto, ese perfume rosa y dulce inunda el coche. El móvil suena sin parar con la odiosa e inoportuna canción que me aparta de mi universo y siempre me devuelve al mundo hostil del que venimos o que, más bien, hemos creado. Subo el volumen de la radio, la música se apodera de mis sentidos, abro la ventanilla y grito. Grito y grito, ahora soy yo. Grito, pues soy libre. Grito, pues me siento viva.
Me había negado a continuar así, sentada a la espera de algo que dicen llamar felicidad. Se me estaba escapando la vida apoltronada delante de esa hoja asquerosamente blanca, y no podía aguantar ni un minuto más el ser consciente de aquello, de mi propio suicidio. Por eso, aquella tarde la bravura de mujer salió a mi encuentro.
Cogí las tijeras y, sin pudor alguno, comencé a cortar esos largos y formales mechones que hacían aún más amarga mi expresión. Abrí el frigorífico y ataqué la tableta de chocolate que tanto tiempo había sido mi tentación. Recuperé el maquillaje guardado en lo hondo del cajón, pinté mis labios del rojo más apasionante que encontré, el rosa de mis mejillas hacía resaltar aún más esos ojos que habían estado ocultos tras la indiferencia, ahora marcados con una línea que los revelaba más intensos que nunca. Y vestí aquellos tacones infinitos, que hacían retumbar allí donde pisara. Había llegado la hora. El coche me esperaba, dispuestos ambos a retomar el control.
Marina L.
Ahora entiendo como se siente Carmen de Mairena cuando se maquilla...jejejejeje. Es broma.
ResponderEliminarMuy buena la entrada, tienes madera de escritora. Muy bohemio, muy intenso, y en definitiva, un pequeño relato apasionante que a todos nos encantaría saber cómo seguiría.
Pero en la vida real, hazme caso, es mejor llevar alguien al lado cuando conduces que unos tacones.
Muchas gracias! ^^
ResponderEliminarSí, es cierto que es mejor llevar mas acompañante que unos tacones...pero también es cierto que hay veces en que es mejor estar solo. ;)